jueves, 11 de diciembre de 2014

El bicho màs raro del mundo


Cuento sobre el orden
En cierta ocasión, sucedió que varios investigadores estaban en la selva tratando de estudiar al bicho más raro del mundo. Nadie lo había visto y sólo se sabía de su existencia por algunos restos y su sonido característico, parecido al ladrido de un perro con dolor de muelas"guuuuuuuuhhh....ay!", y todos querían ser los primeros en fotografiarlo y estudiarlo. El "bicho" era un animal nocturno, así que durante el día los científicos se entretenían con otros estudios o hablando unos con otros. De entre todos ellos, llamaba la atención Sir Walter Tickishmikicks: era un señor muy formal y agradable, con un pequeño bigotito y un gran sombrero de explorador, pero que todos los días, antes de merendar, dedicaba una hora sentado en su mesa a colocar todos sus objetos y aparatos con meticulosa precisión: el cuaderno de notas, justo al borde, en al lado derecho de la mesa, un poco más allá de la grabadora y junto a los 5 lápices: negro, rojo, azul, verde y amarillo, siempre en ese mismo orden; la lámpara hacia el final de la mesa, al lado de la cámara fotográfica, en la izquierda... y así todas las cosas, hasta el más pequeño de los detalles.
Todos pensaban divertidos que aquel hombrecillo era el mejor ejemplo de la famosa obsesión de los ingleses por el orden.
Muchas noches estuvieron en aquella zona los investigadores antes de que apareciera el bicho, y algunos dudaban hasta de su existencia,hasta que finalmente apareció. Fue de repente, mientras todo estaba en silencio, cuando a sólo unos metros de los investigadores escucharon alto y claro su gruñido de perro con dolor de muelas. Duró un instante,porque el revuelo de los investigadores buscando sus cámaras y cuadernos asustó al animal, que huyó rápidamente sin dar tiempo a ser visto o estudiado con detalle.
A la mañana siguiente, todos comprobaron sus hallazgos: algunos habían conseguido grabar su gruñido, otros anotar su forma de moverse y los más afortunados incluso fotografiar una parte de la cola o las patas. Todos se felicitaban por sus logros, pero cuando vieron los trabajos de Sir Walter, no salían de su asombro: ¡él solo había conseguido varias fotos al completo, además de grabar su gruñido y hacer anotaciones a todo color sobre el animal! ¡ y todas eran perfectas!
Enseguida corrieron a felicitarle como el mejor de todos ellos,comprendiendo que su manía por el orden era la mejor foma de prepararse para trabajar a oscuras, y que gracias a eso había podido utilizar la grabadora, la cámara, el cuaderno y los lápices en décimas de segundo, sin necesidad de buscar dónde estaban. Por supuesto, los trabajos que hizo sobre el "bicho más raro del mundo" hicieron famosísimo a Sir Walter, quien además de crear una exitosa escuela para investigadores y científicos llamada OPI, "Orden Para Investigar", tuvo el honor de poder dar nombre al animal. Y como todo aquello fue tan divertido y le había gustado tanto, al recordar su característico gruñido, no dudó en llamarlo el animal "Másguay".

Aprender a usar las manos


Un marinero y un pirata se encuentran en un bar, y empiezan a contarse sus aventuras en los mares. El marinero notò que el pirata tiene una pierna de palo, un gancho en la mano y un parche en el ojo. Entonces le preguntó:

- "¿Y cómo terminaste con esa pierna de palo?".
 El pirata le respondió: 

-Estábamos en una tormenta y una ola me tiró al mar, caí entre un montón de tiburones. Mientras mis amigos me agarraban para subirme un tiburón me arrancó la pierna de un mordisco. 

- ¡Huy! -replicó el marinero-. ¿Y qué te pasó en la mano, por qué tienes ese gancho?.

-Bien..., respondió el pirata, estábamos abordando un barco enemigo, y mientras luchábamos con los otros marineros y las espadas, un enemigo me cortó la mano.

- ¡Increíble! -dijo el marinero- ¿Y qué te paso en el ojo?.

-Una paloma que iba pasando dejó caer excremento en mi ojo.

- ¿Perdiste el ojo por un excremento de paloma? -replicó el marinero incrédulamente.

-Bueno... -dijo el pirata- , era mi primer día con el gancho. 

Los tres leones


En una selva vivían tres leones . Un día el mono, el representante electo por los animales, convocó a una reunión para pedirles una toma de decisión.
Todos nosotros-dijo el mono sabemos que el león es el rey de los animales, pero tenemos una gran confusión: En la selva existen tres leones y los tres son muy fuertes. ¿A cuál de ellos debemos rendir obediencia? ¿Cuál de ellos deberá ser nuestro Rey?
Los leones supieron de la reunión y comentaron entre sí:
-Es verdad, la preocupación de los animales tiene mucho sentido. Una selva no puede tener tres reyes. Luchar entre nosotros no queremos ya que somos muy amigos… Necesitamos saber cual será el elegido, pero, ¿Cómo descubrirlo?
Otra vez los animales se reunieron y después de mucho deliberar, le comunicaron a los tres leones la decisión tomada:
-Encontramos una solución muy simple para el problema, y decidimos que ustedes tres van a escalar la Montaña Difícil. El que llegue primero a la cima será consagrado nuestro Rey.
La Montaña Difícil era la más alta de toda la selva. El desafío fue aceptado y todos los animales se reunieron para asistir a la gran escalada.
El primer león intentó escalar y no pudo llegar. El segundo empezó con  todas las ganas, pero, también fue derrotado. El tercer león tampoco lo pudo conseguir y bajó derrotado.
Los animales estaban  impacientes y curiosos; si los tres fueron derrotados, ¿Cómo elegirían un rey?
En este momento, un águila, grande en edad y en sabiduría, pidió la palabra:
-¡Yo sé quien debe ser el rey! Todos los animales hicieron silencio y la miraron con gran expectativa.
-¿Cómo?, preguntaron todos.
-Es simple… dijo el águila. Yo estaba volando bien cerca de ellos y cuando volvían derrotados en su escalada por la Montaña Difícil escuché lo que cada uno dijo a la Montaña.
El primer león dijo: – ¡Montaña, me has vencido!
El segundo león dijo: – ¡Montaña, me has vencido!
El tercer león dijo: – ¡Montaña, me has vencido, por ahora! Pero ya llegaste a tu tamaño final y yo todavía estoy creciendo.
La diferencia, completó el águila, es que el tercer león tuvo una actitud de vencedor cuando sintió la derrota en aquel momento.
Los animales aplaudieron entusiasmadamente al tercer león que fue coronado  El Rey de los Animales.
No tiene mucha importancia el tamaño de las  dificultades o situaciones que tengas. Tus problemas, por lo menos la mayor parte de las veces, ya llegaron al nivel máximo, pero no tú.
Tú todavía estás creciendo y el Señor en tí es más grande que todos tus problemas juntos.
Todavía no llegaste al límite de tu potencial  y de tu excelencia.
La Montaña de las Dificultades tiene un tamaño fijo, limitado. ¡Tú todavía estás creciendo!

miércoles, 10 de diciembre de 2014

Explicaciones tontas y arriesgadas


Un día una niña estaba sentada observando a su mamá lavar los platos en la cocina. De repente notó que su mamá tenía varios cabellos blancos que sobresalían entre su cabellera oscura. Miró a su madre y le preguntó inquisitivamente:

- Porqué tienes algunos cabellos blancos, mamá?.
 Ella le contestó: 

-"Bueno, cada vez que haces algo malo y me haces llorar o me pones triste, uno de mis cabellos se pone blanco.

" La niña se quedó pensativa unos instantes, y luego dijo: 

-Mamá, entonces…, ¿por qué TODOS los cabellos de la abuelita están blancos?

martes, 9 de diciembre de 2014

¿Existe el mal?

 Un profesor universitario retó a sus alumnos con esta pregunta.

-¿Dios creó todo lo que existe?
Un estudiante contestó valiente:

-Sí, lo hizo.

-¿Dios creó todo?

-Sí señor, -respondió el joven.
El profesor contestó,

-Si Dios creó todo, entonces Dios hizo el mal, pues el mal existe y bajo el precepto de que nuestras obras son un reflejo de nosotros mismos, entonces Dios es malo.
El estudiante se quedó callado ante tal respuesta y el profesor, feliz, se jactaba de haber probado una vez más que la fe cristiana era un mito. Otro estudiante levantó su mano y dijo:

-¿Puedo hacer una pregunta, profesor?.

-Por supuesto, -respondió el profesor. 
El joven se puso de pie y preguntó:

-¿Profesor, existe el frío?,

-¿Qué pregunta es esa? Por supuesto que existe, ¿acaso usted no ha tenido frío?.
El muchacho respondió:

-De hecho, señor, el frío no existe.  Según las leyes de la Física, lo que consideramos frío, en realidad es ausencia de calor. “Todo cuerpo u objeto es susceptible de estudio cuando tiene o transmite energía, el calor es lo que hace que dicho cuerpo tenga o transmita energía. El cero absoluto es la ausencia total y absoluta de calor, todos los cuerpos se vuelven inertes, incapaces de reaccionar, pero el frío no existe. Hemos creado ese término para describir cómo nos sentimos si no tenemos calor”. Y, ¿existe la oscuridad? -continuó el estudiante.
El profesor respondió:
 -Por supuesto. 
El estudiante contestó:

-Nuevamente se equivoca, señor, la oscuridad tampoco existe. La oscuridad es en realidad ausencia de luz. La luz se puede estudiar, la oscuridad no, incluso existe el prisma de Nichols para descomponer la luz blanca en los varios colores en que está compuesta, con sus diferentes longitudes de onda. La oscuridad no. Un simple rayo de luz rasga las tinieblas e ilumina la superficie donde termina el haz de luz. ¿Cómo puede saber cuan oscuro está un espacio determinado? Con base en la cantidad de luz presente en ese espacio, ¿no es así? Oscuridad es un término que el hombre ha desarrollado para describir lo que sucede cuando no hay luz presente.
Finalmente, el joven preguntó al profesor:

-Señor, ¿existe el mal?.
El profesor respondió:
-Por supuesto que existe, como lo mencioné al principio, vemos violaciones, crímenes y violencia en todo el mundo, esas cosas son del mal. 
A lo que el estudiante respondió:

-El mal no existe, señor, o al menos no existe por si mismo. El mal es simplemente la ausencia de Dios, es, al igual que los casos anteriores un término que el hombre ha creado para describir esa ausencia de Dios. Dios no creó el mal. No es como la fe o el amor, que existen como existen el calor y la luz. El mal es el resultado de que la humanidad no tenga a Dios presente en sus corazones.  Es como resulta el frío cuando no hay calor, o la oscuridad cuando no hay luz.
Entonces el profesor, después de asentar con la cabeza, se quedó callado.

El  joven se llamaba Albert Einstein.